No estamos a 12 de mayo y no es, por tanto, el día mundial
de la enfermería, pero no hace falta que sea ese día para sentirse orgullosos
de nuestra profesión.
Los enfermeros celebramos el día de la profesión en la fecha
del nacimiento de una enfermera que jura: "Seré una fiel asistente de los
médicos y dedicare mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi
cuidado." Me gustaría tomar el ejemplo anglosajón en donde la importancia
de la enfermería es tal que no se celebra un día, sino que durante toda una
semana se celebran actos conmemorativos en donde se reflexiona acerca del modo
de vida que es la enfermería.
La enfermería no es un arte o una disciplina académica, es
una forma de vida. No terminas de ser enfermera cuando finaliza tu turno, es
algo más.
La enfermería es amor a los demás, a lo que hacemos. Una enfermera
no es solo un profesional que atiende en un centro de salud o en un hospital,
es un ser humano integro, que comprende las necesidades y sentimientos de su
paciente, es una proveedora de cuidados, de comprensión, de amabilidad, de
afecto y de solidaridad.
Lo más gratificante de ser enfermera no debe ser el sueldo
que llega a casa sino las palabras de afecto, de gratitud, de cariño que
recibes de los pacientes y familiares. Esos son los momentos que hacen de
nuestra profesión, una profesión gratificante, emocionante y sobretodo humana y
es con lo que debemos quedarnos, a pesar de las dificultades que se presenten.
Así que felicitémonos cada día por
haber elegido esta carrera. FELICIDADES ENFERMER@
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